Mauro Bottini junto a varios caballos

Mauro Bottini: El ingeniero Agrónomo que alimenta a los campeones del polo

La etapa crítica en el desarrollo del caballo es la de Recría, de los 6 a los 18 meses de edad
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En el mundo del alto rendimiento ecuestre, cada detalle cuenta. Y mientras los reflectores suelen enfocarse en los jinetes, los caballos o los trofeos, hay una historia menos visible pero igual de decisiva que se escribe desde la tierra misma: la del forraje.

Mauro Bottini, ingeniero agrónomo egresado de la Universidad Nacional de Río Cuarto, se ha convertido en una de las voces más autorizadas de Sudamérica en lo que respecta a la alimentación natural de los caballos atletas.

Mauro con los animales para su observación a diario
Mauro con los animales para su observación a diario

Su recorrido profesional comenzó entre libros de agronomía, pero pronto su interés se desvió hacia un área poco explorada: el impacto de los pastos y forrajes en el desarrollo de caballos de competencia desde edades tempranas. “Ahí me di cuenta de que el rendimiento no empieza en la pista, sino en el campo”, nos cuenta Bottini con la claridad de quien sabe que el músculo, la agilidad y la resistencia también nacen desde la raíz.

Convencido de que la genética y el entrenamiento no alcanzan sin una base nutricional sólida, Bottini orientó su carrera a investigar cuáles eran las especies forrajeras más adecuadas para cada etapa del desarrollo equino, según la disciplina deportiva. Su especialización en fisiología vegetal, su obsesión por el detalle y su pasión por los caballos lo llevaron a colaborar con criadores de toda la región.

Asesor en producción de forrajes y alimentación en sistemas de producción equina, para grandes criadores, como: Don Ercole, Haras Ojos Claros, Cría Cachiyuyo, entre otros.

Mauro Bottini pone mucha atención a la edad temprana en la alimentacion
Mauro Bottini pone mucha atención a la edad temprana en la alimentacion

Pero su gran salto llegó cuando fue llamado desde La Dolfina, el haras de  Adolfo Cambiaso, el mejor polista del mundo, para encargarse de un desafío mayúsculo: diseñar y gestionar la alimentación natural de los ejemplares de su prestigiosa ganadería. En un deporte como el polo, donde el desgaste físico es tan extremo como la exigencia técnica, la misión no era sencilla: criar caballos fuertes, ágiles, sanos… y evitar lesiones.

Hoy, Bottini no sólo asesora a Cambiaso, sino también a numerosas cabañas y haras de Argentina, Uruguay y Brasil. Su experiencia es buscada no solo por criadores de polo, sino también de salto, endurance y doma clásica. Sus recomendaciones abarcan desde qué tipo de semillas sembrar, en qué tipo de suelo y clima, hasta cuándo cosechar y cómo preservar el valor nutricional del forraje.

“Un buen caballo comienza con un buen pasto”, resume Mauro con la simpleza de quien sabe que, a veces, las grandes victorias se cultivan desde lo invisible. En su caso, desde las raíces.

¿Cuál es el rol de las pasturas en la nutrición de los caballos? ¿Qué beneficios específicos aportan en comparación con suplementos o concentrados?

Debemos considerar que desde hace millones de años el caballo evolucionó alimentándose en praderas de pastizales naturales fibrosos. Todo su ser y particularmente su sistema digestivo está perfectamente adaptado a ello. La fibra es imprescindible para la salud digestiva de los caballos.

Si bien las pasturas aportan la mayoría de los nutrientes necesarios para sobrevivir, cuando estamos criando futuros atletas, no alcanza a cubrir todos los requerimientos. Además, las pasturas presentan variaciones anuales en cantidad y calidad de sus pastos. Ahí es donde comienzan a jugar un rol importante los forrajes conservados (generalmente henos) y concentrados (granos-balanceados-sales minerales-etc.). Además, debemos considerar que los requerimientos de nutrientes varían considerablemente según el tamaño de los caballos, su edad, estado reproductivo, nivel de actividad, temperamento y estado de salud. Lo importante es poder evaluar periódicamente la calidad de nuestra pastura mediante análisis de laboratorio y balancear las dietas de acuerdo a los requerimientos específicos de nuestros caballos.    

      

Estudio del crecimiento del caballo según su edad
Estudio del crecimiento del caballo según su edad

Desde tu perspectiva, ¿por qué no es lo mismo cultivar pasturas para ganado vacuno u ovino que para caballos atletas como los de polo, salto, el criollo de competición? ¿Qué errores comunes ves en este enfoque?

Al decidir implantar una pastura para caballos debemos considerar cuáles son los pastos que mejor se adaptan a su hábito de pastoreo y sus preferencias. Debemos alcanzar un mayor compromiso entre la cantidad y calidad del alimento ofrecido y el bienestar animal. Muchas veces ello atenta contra la eficiencia de cosecha (cantidad de alimento consumido por unidad de área) y del uso de la superficie.

Los caballos en pastoreo seleccionan mucho su alimento. Pueden llegar a elegir hasta determinadas partes de una flor. También los beneficia disponer de más de una especie forrajera para elegir. Es por ello que las pasturas polifíticas (mezclas de forrajeras) de gramíneas y leguminosas son la mejor opción.           

Su hábito de pastoreo natural consiste en alimentarse más de 12 horas al día en frecuentes intervalos de pastoreo de corta duración. Generalmente comen algunos bocados y luego caminan unos pasos donde se detienen y comen nuevamente. Ello determina que el pastoreo intensivo no sea la mejor alternativa para caballos.

¿Qué etapa de la vida del caballo consideras la más importante para controlar su alimentación?

Creo que una etapa crítica en el desarrollo del caballo es la de Recría, de los 6 a los 18 meses de edad. En este período se desarrolla principalmente su aparato locomotor: huesos, tendones y músculos. Para que ello suceda correctamente necesitamos proveer una cantidad óptima de nutrientes específicos (aminoácidos, minerales y vitaminas) y un aporte energético ajustado a sus necesidades. Los desbalances nutricionales son una de las principales causas asociadas a enfermedades ortopédicas del desarrollo. No debemos perder de vista que estamos alimentando a un futuro atleta.

Es muy importante también contemplar que los potrillos tengan espacio suficiente para ejercitarse (caminar y retozar) ya que el estímulo biomecánico favorece la modelación ósea, en animales bien nutridos.     

Mauro Bottini: "Cuando alimentas bien a los animales estos lo agradecen"
Mauro Bottini: «Cuando alimentas bien a los animales estos lo agradecen»

Considerando que muchas veces los caballos están confinados en espacios reducidos y sin poder pastorear ¿Qué recomendaciones nos puedes dar para mejorar el manejo de su alimentación y reducir su estrés?

El estrés ambiental es uno de los peores enemigos de la performance de nuestros caballos ya que afecta notoriamente su sistema digestivo e inmune. Afecta la motilidad intestinal, aumenta la secreción de ácido en el estómago, altera el equilibrio de la flora intestinal y favorece los procesos inflamatorios.   

Centraría mi respuesta en los siguientes puntos de manejo:

  1. Tratar que las condiciones de confinamiento favorezcan la interacción entre los caballos, garanticen un espacio acorde al individuo o grupo de ellos que les permita moverse, o en su defecto que se dé el tiempo para que se ejerciten libremente, se respete el buen trato animal, se disponga de buena ventilación, agua a voluntad y otros. 
  2. No ofertar menos del 40% de la dieta (en base seca) de alimentos con buen contenido de fibra de calidad (por ejemplo: henos). Debe tener un tamaño mayor a 2 cm para que actúe correctamente estimulando la masticación y salivación.   
  3. Dividir las raciones en más de 3 veces al día y tratar que el consumo de heno sea lo más lento posible. Hay que tener cuidado con los dispositivos inventados para ello porque muchos pueden ser más perjudiciales que beneficiosos.  
  4. En caso de suministrar en la dieta concentrados energéticos (por ejemplo: granos) respetar los tiempos entre comidas. Siempre conviene esperar aproximadamente una hora entre su suministro y el consumo de heno. El grano se digiere principalmente en estomago e intestino delgado mientras que el heno en intestino grueso (ciego) gracias a la simbiosis con la flora microbiana. Si el grano llega sin digerir al ciego, ya sea por suministrar demasiada cantidad o porque el heno lo arrastró allí, se genera una acidificación del medio provocando la muerte de la microflora pudiendo desencadenar cólico, endotoxemia y riesgo de infosura. 
  5. Cuando se incorporan nuevos alimentos a la dieta, se debe hacer en forma gradual. Debemos considerar que el sistema digestivo del caballo necesita de 2 a 3 semanas para adaptarse a los cambios.