
Ronaldo Kreusch: “Cuanto más se de caballos me doy cuenta que nada se”
Nacido en el corazón de Santa Catalina, Brasil, el experto y domador de caballos Ronaldo Kreusch, consigue una conexión muy especial con los caballos. Una relación profunda que comenzó desde muy pequeño, gracias a su padre y su abuelo. Cuando cuenta su historia y menciona “unos paseos dominicales a caballo con su padre y abuelo”, se nota que son más que recuerdos, son los que formaron la base de su filosofía de trabajo con los caballos.
Ronaldo ha llevado su pasión por la doma y el entrenamiento a Estados Unidos y varios países de América Latina, y hoy continúa compartiendo su sabiduría. Su enfoque en ganarse la confianza del animal es fundamental, ya que entiende que un caballo que confía en su entrenador es capaz de dar lo mejor de sí.

Es fascinante cómo su filosofía se alinea con el pensamiento del gran filosofo Sócrates, reconociendo que el aprendizaje es un camino sin fin “cuanto más se de caballos me doy cuenta que nada se”. Esto no solo lo convierte en un gran domador, sino también en un maestro que inspira a otros a profundizar en su relación con los animales. Sin duda, su historia es un testimonio del poder de la conexión y la confianza en el mundo ecuestre.
Y en el cual debemos fijarnos todos aquellos que nos apasiona este mundo, para poder rescatar esos consejos que nos ayudaran a entender un poco más de estos grandiosos animales, que acompañan al género humano desde hace ya varios milenios.
- ¿Cómo comenzó tu pasión por los caballos y qué te motivó a convertirte en amansador y entrenador?
- Has trabajado en varios países como Estados Unidos, Argentina y otros de Latinoamérica. ¿Qué diferencias has notado en la forma de trabajar con caballos en cada lugar y cómo influye eso en tu enfoque?
- ¿Cómo logras construir una relación tan profunda y de confianza con los caballos, especialmente con aquellos que llegan con comportamientos difíciles o miedos?
- ¿Y eso depende de la raza?
- ¿Cómo te aseguras de que el caballo entienda lo que estás pidiendo sin forzarlo? ¿Qué tipo de señales o lenguaje corporal usas para comunicarte con ellos?
- En tu experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentas al trabajar con caballos en diferentes disciplinas y cómo los superas?
- El amansar de un caballo requiere paciencia y observación. ¿Cómo sabes cuándo un caballo está listo para avanzar a la siguiente etapa del entrenamiento?
- En tu carrera, ¿hubo algún caballo o situación en particular que marcó un antes y un después en tu enfoque o filosofía sobre el trabajo con caballos?
- ¿Qué consejos les darías a aquellos que quieren empezar a trabajar con caballos o que están comenzando su camino en el mundo ecuestre?
- Finalmente, ¿cómo ves el futuro del entrenamiento y el amansado de caballos? ¿Hay cambios que te gustaría ver o nuevas técnicas que estés interesado en explorar?
¿Cómo comenzó tu pasión por los caballos y qué te motivó a convertirte en amansador y entrenador?
Yo empecé desde muy pequeño con mi Papá. Y con mi abuelo. Vivíamos en una finca, lejos de la ciudad, donde el caballo era nuestro medio de transporte, y nos servía para todo. Con el caballo empecé a ir a la escuela, ir a comprar al super mercado, ir a la Iglesia y a pasear los domingos. Recuerdo esto muy bien, que los domingos las sillas de montar, salían del galpón, y el ver a mi padre ensillando a los caballos, eso significaba que íbamos a salir de paseo. Esa es mi relación con el mundo de los caballos, para ir a estudiar, para ir a la Iglesia, para trabajar y también pasear. Mi relación con los caballos es desde que nací.

Has trabajado en varios países como Estados Unidos, Argentina y otros de Latinoamérica. ¿Qué diferencias has notado en la forma de trabajar con caballos en cada lugar y cómo influye eso en tu enfoque?
Efectivamente me ha tocado viajar por varios países, Estados Unidos, México, Chile, Uruguay, Argentina y mucho por Brasil que es tan grande, como un continente.
Y lo que he visto es que, en lo básico, como es la docilidad, los buenos andares, buenos de boca, que pare y vuelva a activarse correctamente, eso es útil en todos los países, o sea lo básico es lo mismo. Lo que cambia de un país a otro es la cultura en el trato con los caballos. Por ejemplo, los cowboys van a preferir ciertos movimientos, a otros. Es lo que yo llamo la “esencia cultural en la relación con el caballo”, y esa esencia cambia de un país a otro. Argentina tiene su propia esencia, Brasil, tiene la suya, Chile y España también tienen su propia esencia.
Siempre se parte por buscar un animal, que sea dócil, de andar liviano, que sepa parar y volver andar correctamente.
Ahora básicamente los movimientos parten todos de una misma base, algunos movimientos parten desde la nuca como punto más alto, como por ejemplo lo que se puede ver en España con la doma Vaquera. Otros movimientos, sin embargo, parten con el caballo con la cara más baja.
Ahora, cambia la “esencia” pero no la eficiencia. Ya que todos los jinetes de todos los países buscan caballos que sean funcionales, que tengan eficiencia. Entonces siempre se parte por buscar un animal, que sea dócil, de andar liviano, que sepa parar y volver andar correctamente.

¿Cómo logras construir una relación tan profunda y de confianza con los caballos, especialmente con aquellos que llegan con comportamientos difíciles o miedos?
Lo más difícil en el trato con los caballos, es conocer su estado mental, para conseguir del animal, la CONFIANZA. El estado “mental del caballo” es lo más difícil. Cuando del caballo no nos ganamos su confianza, y está rígido, no se puede trabajarlo bien. O sea, un caballo que está tranquilo, puede conectarse y desconectarse, poner y bajar la velocidad sin alterarse. Si te ganaste esa confianza, recién ahí puedes empezar a enseñarle los movimientos de competencia o los movimientos que me pidan.
Pero nada funciona antes que yo obtenga la confianza del caballo.

¿Y eso depende de la raza?
Eso no tiene nada que ver con la raza. Claro, que hay razas de sangre calientes y otras más tranquilas, pero no tiene mucho que ver con la raza y sí CON EL TRATO, con la manera que nos relacionamos con el animal.
El caballo normalmente responde al trato. Si lo trato mal, el caballo pierde en mi la confianza y ya no será lo mismo. Ahora cuando nos la ganamos, y ojalá desde potrillo, ahí vamos a tener su confianza por el resto de su vida.
¿Cómo te aseguras de que el caballo entienda lo que estás pidiendo sin forzarlo? ¿Qué tipo de señales o lenguaje corporal usas para comunicarte con ellos?
Bueno como te decía en la pregunta anterior, la primera cosa es lograr la docilidad por medio de la confianza. Que yo pueda tocarle desde la cara hasta las patas, que el caballo esté tranquilo, que no lo tenga que agarrar para hacer las cosas.
Si el caballo está suelto y puedo acercarme y tocarlo entero y el muestra confianza en mí, solo ahí empezaré con los movimientos básicos. Con los andares, el paso, el trote y el galope. Después enseñarle a parar a retroceder. Pero siempre atento a que el caballo se sienta bien, este relajado, y no tenso.
Los comandos son simples, poner presión y descomprensión, ahora jamás PUNICIÓN. Porque si le pego, el caballo se asusta y pierde la confianza. Es lo mismo que uno, ¿tu tendrían un amigo que te pega?
A mí me ha tocado muchas veces, caballos, que vienen de lugares con mucho maltrato. Y me logro ganar su confianza, pero si vuelven con su antiguo dueño, vuelven a su estado. Porque el caballo es un animal de muy buena memoria, creo que uno de los mejores en el mundo. Esto es un detalle muy importante.

En tu experiencia, ¿cuáles son los principales desafíos que enfrentas al trabajar con caballos en diferentes disciplinas y cómo los superas?
La primera cosa que trato de entender bien, es que es lo que la persona que me entrega su caballo quiere. Que disciplina quiere practicar y cómo la quiere practicar. Después entender bien la raza del caballo, y en qué condiciones mentales viene. Después hay una base en los movimientos, que son necesarios e iguales para todas las disciplinas, y se van perfeccionando según las reglas. Y ahí me pongo a enseñar el caballo de acuerdo con las tres cosas, con la cultura, con el reglamento y con la capacidad deportiva de la raza.
El amansar de un caballo requiere paciencia y observación. ¿Cómo sabes cuándo un caballo está listo para avanzar a la siguiente etapa del entrenamiento?
Cuando el caballo está en un estado mental de tranquilidad. Ahí se va de a poco avanzando.
Si, por el contrario, el caballo intenta escaparse, no está como para avanzar al próximo nivel.
Si le estoy enseñando algo, por ejemplo, a parar y descansar. Y el caballo para bien, pero sigue pensando muchas cosas, no relaja inmediatamente. Yo sé que no está listo como para el capítulo dos. Entonces siempre espero que el caballo esté confortable, antes de pasarlo al próximo paso.
En tu carrera, ¿hubo algún caballo o situación en particular que marcó un antes y un después en tu enfoque o filosofía sobre el trabajo con caballos?
Sí, sí! Yo en 2002 me compré un caballo criollo para competir en el Futurity (competencia de rienda) de acá en Brasil. Tenía este sueño.
Yo entrené este caballo sin tener arena, sin tener las condiciones mínimas y llegué a la final y gané el tercer puesto. Este caballo me asombraba como paraba. Pero cuando estuvo en la pista con otros caballos ahí demostró un nivel espectacular.
Este fue el caballo que me llevó a las a las primeras grandes finales de Brasil y también al Campeonato Mundial en Francia en 2014. Aún está aquí conmigo, tiene ahora 27 años.
Este caballo me mostró que esta relación que tengo con los caballos, me podía llevar realmente mucho más lejos. Porque hasta ese momento, me divertía montar, me divertía domar caballos, me entretenía competir, pero no tenía idea de lo lejos que podía llegar. Este caballo me cambió la vida.
Me mostró que sí haces las cosas bien, que, si piensas en el caballo, más do que en cualquier otra cosa, los caballos te pueden realmente llevar muy lejos.

¿Qué consejos les darías a aquellos que quieren empezar a trabajar con caballos o que están comenzando su camino en el mundo ecuestre?
Que lo primero hay que preocuparse y dedicarse mucho más al caballo, que a la misma disciplina y competencia que quieres entrenarlo.
Hoy en día pasa al revés, primero piensan en la competencia, y dejan el caballo para segundo plano.
La dedicación debe empezar y terminar en el caballo. Cómo se porta el caballo, cómo se mueve el caballo, comprender lo fascinante que es el caballo y después salir a competir.
Porque una vez que tienes esta conexión con el caballo, poco importa la disciplina que vas a competir o la raza de caballo. Ya que esta conexión es la va a permitirte conseguir un nivel fantástico. Y en mi caso, consiguió dejar una marca para toda la vida.

Finalmente, ¿cómo ves el futuro del entrenamiento y el amansado de caballos? ¿Hay cambios que te gustaría ver o nuevas técnicas que estés interesado en explorar?
Me gustaría ver que las personas, antes que nada, estudien al caballo. Que dediquen tiempo a ver cómo se mueve, para no pedir cosas que el caballo no te puede hacer. Que respeten el nivel deportivo de cada caballo, que lo traten como un individuo. Que lo entrenen, en sus tiempos que lo enseñen bien las cosas antes de salir a competir. Que tengan conciencia que un caballo puede aprender mucho más rápido que una persona. Una persona para llegar a un campeonato mundial le puede llevar 10 años y un caballo puede llegar en 2 años.
Respetar los límites del caballo, que el caballo tenga un estado mental de tranquilidad, que tenga fuerza física, que tenga las condiciones y estar todo el tiempo muy atento a las reacciones del animal. Porque cuando uno piensa que sabe mucho de caballo es porque no sabe nada. Ya que los caballos nos pueden hacer pensar un día que nos fue bien, que sabemos mucho, y al otro día te demuestran que no sabes nada. Tienen ese poder fantástico de bajarte a la realidad, y de exigir que uno no pare de estudiarlos.
Fotos: Cedidas por Ronaldo Kreusch, para esta entrevista