Gabriela Maurina tiene solo 23 años, pero más de 50 de experiencia a la hora de tratar con caballos. Y es que esta joven amazona brasilera, arrastra la enseñanza de su abuelo Henrique Maurina un hombre de caballos, con quién Gabriela creció entre los equinos.
Su primer caballo, lo domó a los 16 años, y en ese momento, utilizó la doma gaucha, una doma donde el animal, se enfrenta en una lucha contra el domador que intenta mantenerse arriba del caballo, mientras este por todas las maneras quiere sacárselo de encima. Y donde tanto el domador como el caballo, pueden salir muy perjudicados.
“Hoy no tengo vergüenza de reconocer, que mi primer caballo, lo dome de esa manera, que es la manera como se realiza hasta hoy aquí en mi zona. Pero también digo que no es la manera que creo que sea la mejor y más efectiva”. Comenta Gabriela.
Nacida en la ciudad de Flores da Cunha, en el estado brasilero de Rio Grande del Sur, lugar donde vivían los indios Caigangues, y a donde en 1876 llegaron unos colonizadores italianos que se asentaron en el lugar.
La región, consiguió armonizar las diferentes culturas. Eso sin perder su identidad, y las tradiciones del campo.
Tradiciones que se enriquecieron con la llegada de los italianos, y muy pronto estas costumbres alcanzaron incluso el mundo ecuestre. Combinando las riendas y la manera de tratar con los animales, que traían los italianos, con las que usaban los indios locales.
Y es de estas nuevas tradiciones que iban naciendo, que Gabriela fue aprendiendo y observando desde pequeña con las enseñanzas de su abuelo Henrique.
Su abuelo, como ella nos cuenta, se interesó por los equinos en general, pero más con la idea de comprar y vender animales para el trabajo de campo. Incluso haciendo largos viajes hasta de 1000 kilómetros en bus, al estado de San Pablo, y venirse por tierra arreando caballos y mulas, para vender a los agricultores y ganaderos.
Una vida dura, como para que se hiciera cargo una niña, pasaba todos los fines de semana en casa de su abuelo en el campo, y le gustaba mucho, pero no sentía un apoyo familiar como para que algún día esa pudiera ser su propia vida.
Fue durante la Pandemia, cuando en la librería donde trabajaba en la ciudad, comenzó a cerrar por las tardes, que Gabriela, comienza a plantearse dedicarse 100 por ciento a los caballos, y junto a su hermana comienzan con su propio criadero de caballos.
A estas alturas, Gabriela, ya había creado su propio estilo de doma, un estilo donde ella supo coger de la doma gaucha, la doma india y la doma racional, aquello que ella había observado. Ella optaba por un método más gentil, respetuoso y sobre todo que no le hiciera ningún tipo de daño al animal.
Empieza así a enfatizar en la importancia de comprender que cada caballo es único y tiene su propia personalidad . Y busca entender , y actuar en consecuencia, según cada caballo de manera individual.
Si bien su método tiene sus raíces en la doma tradicional, Gaucha y la doma que usaban los indios, ella consiguió crear su propio estilo. Un estilo que le ha dado excelentes resultados, y que de a poco está atrayendo a muchos jinetes a entregar a Gabriela sus monturas, para ganarse la confianza de sus animales.
- Gabriela, ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la equitación y la doma de caballos?
- ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentó a lo largo de su carrera como entrenadora de caballos?
- ¿Puedes contarnos sobre tu estilo de doma y qué lo hace único?
- ¿Cómo aborda la rehabilitación de caballos que han pasado por traumas o experiencias negativas?
- ¿Cómo tratas a los caballos que tienen comportamientos difíciles o son más temperamentales?
- ¿Tienes alguna filosofía o mantra que oriente tu trabajo con los caballos?
- ¿Qué técnicas consideras más efectivas para domar y rehabilitar caballos?
- ¿Cómo ves la relación entre el caballo y el jinete?
Gabriela, ¿Cómo fueron tus inicios en el mundo de la equitación y la doma de caballos?
Vengo de una familia tradicionalista, mi abuelo Henrique era Biriva (hombre campero que trata con caballos y animales del campo), ganadero, comerciante, domador, trataba mucho con mulas, en mi ciudad tenemos al gaucho serrano, colonizado por italianos entonces había mucha demanda de mulas y burros para trabajar en el campo. Crecí en este ambiente, aunque nací en la ciudad, todos los fines de semana pasaba en casa de mi abuelo, y ahí montaba a caballo. Desde pequeña fui testigo y presencié la doma y amanse de animales por parte de mis tíos y primos. Pero yo realmente comencé a amansar y domar durante la pandemia. Yo trabajaba en una librería y por la pandemia, comenzamos abrir solo en las mañanas, así que como tenía las tardes libres empecé con la doma de mi primer caballo en aquella época.
¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentó a lo largo de su carrera como entrenadora de caballos?
Es difícil empezar cualquier emprendimiento desde cero, y si a eso le sumas que eres mujer en un ambiente muy masculino, y machista, no es fácil. Empezar sola en este mundo, fue un gran desafío. Pero eso no me desanimó, por el contrario, me motivaba más para continuar con mi sueño.
¿Puedes contarnos sobre tu estilo de doma y qué lo hace único?
Yo crecí viendo la doma gaucha, que tiene su propio estilo, pero yo de cualquier manera a la hora de montar, ya hacia las cosas diferentes. Por ejemplo, a mí me gustaba montar a pelo y eso a mí me demostraba que calmaba mucho a los caballos. También me gustaba mucho ver los videos de los Scarpatti en YouTube, (Padre e Hijo, domadores de caballos con el método de los indios) y lo hacía con potros en mi casa como una manera de entretenerme, y vi que era una forma muy natural. Cuando domé a mi primer caballo utilicé técnicas de la doma gaucha, la doma india y también la doma racional, fue esta mezcla la que dio vida a mi propio estilo “Doma Mezcla” y por eso decidí ponerle ese nombre. Hay algo que siempre ha regido mi vida y mi trabajo, el sentimiento y la energía. Y eso tiene mucho sentido cuando tratamos con caballos, según el sentimiento y la energía con la que te acercas a los caballos va incidir en los resultados.
¿Cómo aborda la rehabilitación de caballos que han pasado por traumas o experiencias negativas?
La rehabilitación es un proceso muy delicado, siempre lo abordo con mucha particularidad de animal a animal. Puede parecer el mismo problema, es decir, tienes dos caballos con la misma reacción ante una dificultad o enfrentados a un problema. Pero eso no quiere decir que la solución de uno se pueda aplicar con el otro. Por eso mi postura a la hora de corregirlo, será de acuerdo a cada animal. A lo largo del trabajo con un caballo hay muchas veces que sientes un “NO”, pero ese “NO” puede tener dos sentidos, uno el “no quiero hacerlo, y el otro es el “No puedo hacerlo”, porque no me siento seguro, porque tengo miedo, etc. Y esos “NOs” del animal, hay que tratarlos de diferentes maneras.
¿Cómo tratas a los caballos que tienen comportamientos difíciles o son más temperamentales?
Durante el proceso de doma, para mí, los mejores son los más desafiantes. Son animales que, si sabes atraerlos, suelen ser después los caballos que se terminan entregando por entero. Aunque tardes un poco más y te lleve más trabajo, pero en mi experiencia, al final tendrás animales que tienen ganas de trabajar y aprenden más rápido, por lo que es más fácil enseñarles. Aunque como dije antes, cada personalidad requiere una actitud diferente, un enfoque diferente, como un maestro en un salón de clases, con una diversidad de alumnos que aprenden de diferentes maneras, es importante que sepamos llegar a todos según sus capacidades.
¿Tienes alguna filosofía o mantra que oriente tu trabajo con los caballos?
Mi trabajo es mi vida, vivo como trabajo, y trabajo como vivo. Trabajar con caballos requiere un proceso diario de evolución, paciencia, tranquilidad, firmeza, amor, perseverancia y cada uno en su momento adecuado. Una cosa que siempre les digo a mis alumnos “tranquilo” si tienes prisa los resultados tardan aún más en aparecer, si tienes prisa al corregir al caballo también tardas más en entender, todo lo que se hace con calma se hará mejor. Cuando mantenemos la calma y podemos trasmitir esa calma, el animal lo percibe, y pondrá todo su entendimiento y confianza, y el resultado en la enseñanza será más fácilmente asimilado.
¿Qué técnicas consideras más efectivas para domar y rehabilitar caballos?
Las técnicas son relativas, según cada caballo. Y cada profesional tiene su método, pero hay un lenguaje universal con los caballos “Exigencia y alivio”, es decir, le pides algún movimiento a tu caballo mostrándote exigente y duro, pero cuando te responde, aflojas y liberas. Ese lenguaje funciona muy bien, al final el caballo, quiere verte en paz y quiere sentirse en paz. Y aprende rápido.
¿Cómo ves la relación entre el caballo y el jinete?
En mi método busco el trabajo de compañero, con mucho respeto, para que el animal también respete. Sabemos que no es así con todos los domadores, pero yo sí creo en una relación positiva, donde hay un momento de aprendizaje y trabajo, pero también un momento de diversión y libertad para que el animal, sea él mismo. Como lo es en estado natural.
Antes de domar y enseñar a un caballo, tienen que tener claro como transmitirle al animal lo que quiere que aprenda. Para eso, el domador, tiene que saber cosas básicas, como saber ensillar un caballo, sin causarle molestia al animal, saber montar. Hay que especializarse, estudiar, no basta con ver videos de Youtube, hay que tratar con los caballos. Es muy importante entender a los caballos, su psicología, y para eso, en los primeros pasos, buscar a alguien que te acompañe, que tenga más experiencia y que te ayude cuando surjan dudas. Y algo muy importante es que cuando estas en el proceso de doma, o amanse es necesario que hagan las cosas con mucha certeza, a los caballos no les gustan las dudas, o las personas indecisas. Ellos necesitan seguridad y confianza, el resto déjaselo a ellos.